Monday, November 24, 2008

Revisando el armario


El viernes pasado, aprovechando el calor y la necesidad de un poco de aire fresco, fui al festival “Animate 08”. El calor y el ruido terminaron por vencerme, así que al poco tiempo de estar ahí, me fui. Estaba un poco amargado porque no había conseguido ninguna historieta nueva. Todo era comic de súper-héroes o manga “mainstream”. No pude encontrar ninguna historieta un poco más acorde a mis gustos. Al menos los de ahora. Esto me llamo la atención.
Yo solía consumir todo lo que estaba en venta en esas convenciones. Y ahora, siento un poco de repulsión hacia la mayoría de esas historietas (como en todo, hay excepciones).
La primera historieta que recuerdo haber leído “seriamente” se llamaba “Batman: Noches de resurrección”, una historieta con prologo de Stephen King. Esa historieta en realidad era para mi hermano, pero me la termine adueñando. En ese entonces, y ahora también, me había llamado mucho la atención la tapa (que era de Bill Sienkiewicz) era lo suficientemente oscura como para asustarme. Adentro era un rejunte de historias, algunas ridículas y otras shockeantes como la de Bill Sienkiewicz y otra de Brian Bolland. Esto fue lo que me comenzó a fanatizar con las historietas. Al principio no discriminaba nada. Tenía un acuerdo con mi mama: si me iba bien en la escuela, ella todas las semanas me compraba una historieta. No me acuerdo si me iba bien o mal, pero todas las semanas iba con ella a un kiosco de revista y me compraba una historieta. Así empecé a leer cualquier cosa desde Flash, Superman, Batman hasta una historieta que se llamaba “American flag” con contenido muy pero muy raro que rayaba con la pornografía. A medida que fui creciendo me empezaron a interesar otras historias y empecé a seleccionar las cosas que quería leer. Así es como me fanatice con los X-men, Cazador, The Maxx (que me encantaba no entender que era lo que pasaba con esa historieta). Fue tal el fanatismo y las ganas que tenía de leer a los X-men que cuando mi papa volvió de un viaje a Estados Unidos trajo un cuarto de la valija llena de historietas de X-men de todas las épocas (la más vieja data del año 89). Como hice con otras, las consumí hasta el cansancio. Después vino mi época manga, donde consumía mas anime que manga. Pero de esa época sigo rescatando un manga en particular: “Macross 7: Trash” de Haruhiko Mikimoto. En el cual me impacto el nivel de dibujo y composición de algunas páginas y una escena en particular en el cual uno de los personajes comienza a llorar porque es abusada verbal y emocionalmente por su manager.
Pero hasta ese momento no había leído una historieta que me llegara a un nivel mas elevado, mas intelectual si prefieren. Si, con el manga leí historias que por momentos los personajes se encontraban en una situación donde, a mi parecer, se dejaban los personajes de lado y hablaban en serio. Pero normalmente estas situaciones eran interrumpidas por algún chiste por parte de un tercero para descomprimir el drama o simplemente porque saltaba un ninja o un robot o lo que fuese, a atacar al personaje principal. No es que no hubiese dando vueltas historietas que trataran temas de una manera más madura o diferente, sino que yo no tenia conocimiento de que existían tales cosas. Hasta que, una vez mas, ¡Batman al rescate! Nuevamente entre a una historieta por la tapa, esta vez con “Batman: The killing joke” con guión de Alan Moore y dibujos de Brian Bolland. Los que la leyeron sabrán de lo que estoy hablado. Ya desde un comienzo fue un cambio para mi, venia del iconismo del manga y ahora estaba leyendo una historieta con dibujos muy realistas pero con un manejos de las expresiones impecables. Era una historia muy intima entre dos personajes que yo los entendía como blanco y negro. Pero de repente se empezaron a meter los grises en la historia. Antes el Guasón era un loco que se reía y andaba por ahí matando gente. Ahora, era un desgraciado, un comediante fracasado que luchaba por un futuro mejor para su mujer y su hijo. Quienes eventualmente mueren de una manera trágica pero “real”. Y Batman, al comenzar la historia va a hablarle, no a matarlo o golpearlo, a hablarle. Con esta historieta empecé a ver algo que me gustaba y que quería explorar. Finalmente había encontrado algo para mostrar y decir “¡Ven! No son solo de robots y piñas las historietas”. Me sentía orgulloso del medio. Pero seguía sin saber donde se encontraban (o si quiera si existían) otras historietas como “the killing joke”. Eventualmente conocí parte del trabajo de Frank Miller, como “The dark knight” y “Sin City” que tenían ese extra que había leído en la historieta de Moore y Bolland.
A los 17 conocí la obra de Muñoz-Sampayo y la de Paul Pope que me mostraron que se podían hacer historietas diferentes y mas que nada que se podía dibujar como a uno le salía realmente. El golpe final lo dio mi profesor de historieta: Pier Brito que una clase llevo para mostrarnos historietas de Daniel Clones y Chris Ware. Esta parte me la reservo para otro momento, porque me estoy extendiendo mucho.
El asunto es que el viernes en el festival, no pude encontrar ningún lado de donde relacionarme, es como si ya hubiese cortado todo tipo de vínculo que existía entre estas historietas y yo. No se cuando paso esto, ni porque. Un poco me preocupa. Me preocupa el hecho de que antes absorbía todo. Y ahora leo cada vez menos historietas, por un lado porque me cuesta encontrar una que me guste y por otro porque cuando las encuentro están muy caras. Pero a medida que pasa el tiempo me encuentro leyendo menos. Se que no quiero llegar al punto en el cual no lea mas historietas. Tampoco quiero ser una de esas bestias que si una historieta no le cambio la vida, entonces no sirve. Simplemente me preocupa lo que me puede deparar el no ver a las historietas como lo hacia antes, donde todo servia para algo sin importar que o quien lo dijese.

Perdón por el bloque de texto, es algo que me estuvo dando vueltas por la cabeza estos días. Nos estamos viendo pronto

Tuesday, November 04, 2008

Retorno del viaje

Gente! Pasaron 3 meses desde la última vez que subí algo. Un tiempo digamos. Vi que un par de personas ya me daban por muerto. Así que decidí que era hora de volver del viaje y contar un poco en que anduve en este tiempo. Últimamente estuve pasando mucho tiempo dibujando. Preparando unas historietas para libros y revistas, terminando ilustraciones y me agarro un poco la locura y en algunos momentos me siento a pintar, cosa que no se hacer, salvo con acuarelas y acrílicos aguados (que es casi lo mismo).







Entre otras cosas estuve bastante metido terminando mi portfolio. Lo que tengo pendiente, todavía, es subir mi portfolio online que lo vengo retrasando desde hace mucho tiempo.





Una de las cosas mas relevantes en este tiempo que paso es que salio una revista de 24 paginas de "Marginados" orquestrada por Eli "La editora trashera". Una edición bastante cómoda y bien hecha que recopila algunas de las entregas de marginados. En estos días les digo por que locales la pueden conseguir. Igualmente lo mas seguro por ahora es que este en convenciones.






Finalmente, hace unas semanas participe de la muestra Tarot colectivo, un proyecto bastante interesante llevado a cabo por Rogelio Ferreyra y que se llevo a cabo en la galería LDF. Participe con esta carta






En todo este tiempo me acompañaron muchas bandas, hubo mucha música dando vueltas. Pero rescato 2 bandas en particular. La primera Los Alamos, la mejor banda nacional en este momento. La segunda The Black Angels. Una de las bandas mas interesantes que escuche ultimamente. Tambien, en estos mese me meti muy poco al mundo blog asi que nose en que andan todos. Ya me estoy metiendo para ver que es lo que hicieron en mi ausencia.
En fin, nos estamos viendo en estos días con mas cosas.