Quiero ser: Daniel Clowes

Honestamente no me acuerdo como llegue hasta el. No me acuerdo si fue por recomendación o porque vi Ghost World (la película) y de ahí decía que estaba basada en un comic. Quizás no importa como fue que conocí el trabajo de Clowes.

Lo que si me acuerdo es comprar Ghost World (el comic) en Rayo Rojo, y llegar apurado a mi casa para leerla. También me acuerdo que la leí dos veces ese día, de tanto que me había gustado.

Pasaron los años y yo me fui fanatizando más con la obra de Clowes. Los personajes que crea, los espacios donde se encuentran, las cosas que dicen, las sensaciones que dejan.

Convengamos que las historias que narra no son del todo cómodas, y que no suelen tener ese final Hollywood al que uno esta acostumbrado. Demos por sentado eso. Dejemos en claro que Daniel Clowes es una persona inquieta y disconforme con casi todo. Y reconozcamos que no tiene ningún problema en decirlo.

Recuerdo haber entrado en shock cuando termine de leer Pussey. Ese gordito que hace historietas de superhéroes. Y no tiene nada personal para decir. Que tiene fantasías escapistas con hombres musculosos en spandex. Y que tiene una vida y un final lejos de feliz. Y no puedo encontrar palabras para describir lo que sentí después de leer Like a velvet glove cast in iron. Honestamente no sabía y como a alguien se le podía ocurrir tal historia sin estar bajo los efectos de alguna droga alucinógena durante todo el proceso. Como Clowes tiene el control del lector durante todo el tiempo. Llevándolo hacia donde el quiere llevarlo. Mostrándole cosas que no quiere ver, diciéndole cosas que no quiere saber. Y aun así el lector (en este caso, yo) no puede dejar de ver y leer lo que se nos presenta. Luego vinieron los números de Eightball. Con Lloydd Llewellyn, los beatnicks carnívoros, los predicadores apocalípticos, etc.

La ultima novela grafica de Clowes es Ice Haven. Y se nota que Daniel Clowes creció. No lo digo de mala manera, sino que en esta ultima historia se lo nota menos punk (por decirlo de una manera). Se lo nota mucho más intelectual, pareciera como si hubiese pensado y analizado cada palabra durante un largo rato antes de escribirlas. Y el resultado es digno de alguien como el.

Siempre me sentí terriblemente inferior a Clowes (y a muchos otros, de los cuales ya hablare). Siento que es muy difícil llegar a la manera que tiene de escribir o de ver su entorno. Como llegar hablar de esa manera. Como dibujar de esa manera y nunca ser denso o repetitivo. Como con veinticuatro paginas lograr hacerle replantear varias cosas al lector.

Este es mi extremadamente humilde tributo a Clowes, y mas que nada a Enid y Rebbeca que ya perdí la cuenta cuantas veces leí lo que tenían para decir.